El ayuntamiento de Donostia comenzó la elaboración de la nueva normativa que regula las viviendas de uso turístico hace un año. Desde entonces, son numerosos los colectivos que han mostrado su recelo por el alcance real de dicha norma. Finalmente, tras una asamblea extraordinaria celebrada el 26 de abril, Aparture ha decidido demandar ante los tribunales. Consideran que las restricciones de la nueva ordenanza no poseen los estudios técnicos necesarios y que no suponen un cambio de uso en los inmuebles.
La postura de Aparture
Aparture argumenta que siempre ha defendido la necesidad de regular la actividad de los pisos turísticos, ya que la situación actual era insostenible y se hacía indispensable establecer un marco legal en el que ampararse. En este sentido, el presidente del colectivo, Asier Pereda, afirma que pese a las discrepancias con la normativa defenderán en todo momento su cumplimiento.
Sin estudios técnicos adecuados
No obstante, también sostienen que deben cuidar por los intereses de sus asociados. Y este es el motivo por el cuál, tras la votación, decidieron presentar un recurso a la nueva ley. ¿En qué puntos surgen las divergencias? Existen varios, pero sobre todo se focalizan en que no cuenta con los estudios técnicos necesarios, por lo que las restricciones que establecen carecen de fundamentos sólidos y entrarían en el terreno de la aleatoriedad. Un ejemplo es el sorteo que se llevó a cabo el 4 de mayo para tramitar las nuevas licencias de actividad, que en palabras de Aparture vulneran algunas de las directivas establecidas.
No se contempla el cambio de actividad
Por otro lado, el organismo considera que los inmuebles destinados a uso turístico no suponen un cambio en su actividad, es decir, que no prestan los mismos servicios que un hotel y por tanto no pueden poseer las mismas características. En este sentido, las viviendas se alquilan de forma temporal para uso privado, por lo que deberían estar regulados bajo las mismas leyes generales.
División en zonas
Aparture también critica las limitaciones establecidas en la normativa, ya que según su opinión no existe justificación objetiva para dividir el territorio de la ciudad en tres partes. La zona A contempla la Parte Vieja y no está previsto que se otorguen nuevas licencias.
La zona B integra el Ensanche oriental de la Parte Vieja, incluidas las zonas del Centro, Gros y Amara hasta Pío XII. Aquí las licencias serán exclusivas para pisos en la primera planta de uso no residencial, con un tamaño que no puede sobrepasar los 250m2. Además, también puede acogerse una vivienda en altura por cada seis plantas.
Y finalmente, tenemos la zona C, que engloba el resto de la ciudad y donde las condiciones son más flexibles. En estos casos, se permiten casas no residenciales de hasta 350m2 y dos pisos en altura por cada seis plantas, en lugar de uno.
Para Asier Pereda, estos requisitos de alturas mínimas y superficie no distingue entre las tipologías de los diferentes inmuebles, por lo que se trataría de otra decisión arbitraria.