El precio de la vivienda de segunda mano en nuestro país se ha situado en 1.733 €/m2, lo que supone un aumento del 0,4% con respecto al mes pasado. Aunque leve, esto supone una considerable estabilidad y nos aleja de las caídas que hemos experimentado en estos últimos años. En la entrada de hoy vamos a hablar de este tema y cómo nos afecta a la hora de comprar, vender o alquilar un inmueble.
Un incremento del 4,8% con respecto al año pasado
El incremento es mayor si lo comparamos con noviembre de 2016. De un año para acá, las casas son un 4,8% más caras, y ya van 14 meses ininterrumpidos en los que el precio de la vivienda no deja de subir. Para los expertos, esto es un claro indicativo de la recuperación del mercado inmobiliario, ya que no veíamos cifras parecidas desde 2007, aunque aún estamos lejos de llegar a los índices máximos de los años del boom.
El precio de la vivienda tras la caída de 2007
El precio máximo histórico de la vivienda se registró en 2007 con 2.952 €/m2. Desde entonces, acumulamos una caída de más del 40%. Pese a ello, el País Vasco sigue siendo la zona más cara de toda España, con un precio medio de 2.723 €/m2, seguido de Madrid y Cataluña. En el otro extremo, las comunidades de Castilla La Mancha, Extremadura y Murcia son las que poseen unos precios de inmuebles más baratos, con cantidades en torno a los 1.100 €/m2.
Si hablamos de provincias, 28 de ellas han registrado subidas considerables. Es el caso de Burgos con un 2,8%, Cuenca con un 2,6% o Barcelona con un 1,6%. Por el contrario, los precios han descendido ligeramente en Huelva con una caída del 1,1%, Alicante con un 2% y Huesca con un 2,4% de crecimiento negativo.
En la actualidad, el municipio peninsular donde el coste de la vivienda de segunda mano es más caro es Zarautz con 4.722 €/m2). En el otro punto, Monóvar en Alicante es la población donde el suelo es más asequible, con 617 €/m2.
Es un momento excelente para comprar un inmueble
El valor de las casas vuelve a crecer de forma sostenible y son ya dos años en los que hemos experimentado un periodo de alta rentabilidad y escaso riesgo. Por esta razón, los pequeños y medianos inversores han vuelto a depositar su confianza en el alquiler de viviendas, motivados en cierta medida por la pobre rentabilidad proporcionada por los depósitos bancarios, el estado de la deuda y la incertidumbre de la bolsa.
Por todo esto, estamos en un momento inmejorable para comprar una casa, ya sea para vivir o para sacar un rendimiento económico. Todo parece indicar que en este 2018 que entra la tendencia va a seguir al alza, por lo en cuestión de meses ese piso o casa en la que estás pensando puede subir considerablemente de precio. ¡No dejes pasar tu oportunidad!