Comprar una vivienda suele ser una necesidad. Así que cualquier momento del año es perfecto si damos con la casa de nuestros sueños o una ganga irrechazable. No obstante, según la estadística, los meses de verano suelen ser propicios para este tipo de operaciones de compraventa. Especialmente agosto y septiembre.
Ya que, al tener más tiempo libre, podemos visitar mayor variedad de inmuebles y será más sencillo encontrar uno que nos guste. Como estamos en una época de vacaciones y menos ajetreo, también veremos las cosas con mayor perspectiva para tomar la decisión adecuada. Dejando a un lado el estrés del día a día habitual.
¿Cuáles son tus objetivos?
Convertirte en propietario es una de las decisiones más importantes que puedes tomar en la vida. Ya que, en la mayoría de los casos, tendrás que hacer frente a una hipoteca que supera los 20 o 30 años. Por lo tanto, hay que tener en cuenta distintos factores antes de tomar la decisión.
Las familias que crecen suelen buscar pisos con más habitaciones, espacios comunes más amplios, instalaciones deportivas o urbanizaciones con piscina. Los meses de agosto a septiembre son perfectos para atraer a compradores con estas preferencias, ya que pueden descubrir en su plenitud las ventajas de tu vivienda.
Cuenta con la ayuda de los profesionales
Además, los agentes inmobiliarios siguen disponibles durante los meses de verano. De hecho, suele ser la época del año más animada para ellos. En agosto y septiembre los portales especializados tienen más anuncios y visitas que nunca. Algo que favorece la competencia y las probabilidades de llegar a un acuerdo satisfactorio para ambas partes.
¿Por qué agosto y septiembre?
En los últimos años, se han incrementado las ventas de viviendas al final del verano. Especialmente cuando se trata de una segunda residencia. Esto es debido a que estamos al final del periodo de vacaciones y muchos propietarios necesitan vender sus propiedades.
Si no lo hacen ahora posiblemente tengan que esperar a las fiestas de Semana Santa. Así que muchos prefieren reducir el precio a tener que esperar tanto tiempo. Por lo que podemos conseguir una sustanciosa rebaja.
Comprar una casa en primavera
La primavera es otra época muy activa para el mercado inmobiliario. Tanto para primera como segunda residencia. Muchos propietarios quieren acabar las operaciones antes de que empiece el verano y se vayan de vacaciones, por lo que la oferta de inmuebles es muy amplia.
Por su parte, los futuros propietarios también consideran que se trata de un buen momento para comprar su primera residencia. Ya que tendrán tiempo para hacer la mudanza, cualquier reforma que haga falta y todos los trámites necesarios. Por ejemplo, matricular a los niños en el colegio.
Los meses de menor actividad
Por el contrario, los meses de enero, febrero y octubre tienen menos actividad. En invierno las operaciones se paralizan, especialmente cuando se acercan las navidades. Ya sea por las fiestas o la próxima finalización del ejercicio fiscal. Una situación que es más evidente en las poblaciones costeras.