¿Qué es la eficiencia energética?

A la hora de comprar una vivienda, solemos tener en cuenta aspectos como el precio, la ubicación, número de habitaciones o metros cuadrados pero casi un tercio de los usuarios también considera la eficiencia energética como un requisito indispensable a la hora de afrontar la operación. En la entrada de hoy vamos a hablar de este tema, conoceremos las claves de la eficiencia energética y todas las ventajas que proporciona.

 

Definición de eficiencia energética

Este concepto hace referencia a un electrodoméstico, instalación o inmueble que consume menos energía que la media. Los aparatos o servicio eficientes desde el punto de vista energético son muy beneficiosos para nuestro bolsillo, permitiéndonos ahorrar en las facturas de suministros. Y también para el medio ambiente. Ya que reducimos la cantidad de emisiones de CO2 que llegan a la atmósfera.

 

La etiqueta energética

Todos los edificios que se ponen en venta deben contar con una Etiqueta Energética. Se trata de un documento que indica la calificación obtenida de A a G, siendo A la más eficiente y G la que menos. Debe contemplar el consumo de energía expresado en kilovatios – hora por metros cuadrados al año.

¿Qué significa? En pocas palabras, esta etiqueta nos indica la energía que tendremos que gastar para climatizar nuestro hogar. Y en este sentido, el aislamiento térmico es el parámetro más importante, ya que impide las continuas pérdidas de energía.

¿Cómo queda esto en cifras? Los edificios con una Etiqueta A consumen menos de 30,3 kWh/m2 al año. Mientras que la Etiqueta G supera los 287,5 kWh/m2 al año, por lo que es casi 10 veces superior en consumo y mucho menos atractiva para potenciales compradores.

 

Reducción en las emisiones de CO2

La etiqueta energética también tiene en cuenta las emisiones de dióxido de carbono y otras sustancias contaminantes que el inmueble o instalación emite a la atmósfera. Estos gases provocan el aumento de las temperaturas y están en el origen del cambio climático que sufre el planeta.

Por este motivo, los edificios eficientes se apoyan en las energías renovables, como es el caso de los paneles fotovoltaicos o la biomasa. Tras la eliminación del llamado impuesto al sol y otras trabas administrativas, estamos en un momento propicio para autogestionarnos en base a estas energías limpias y sostenibles. Que nos permite producir parte o el total que de lo que gastamos.

 

Aumenta el valor de tu vivienda

Como podemos observar, una de las principales consecuencias de la eficiencia energética es el ahorro de energía. Por ejemplo, una casa de 100 metros cuadrados con 50 años de antigüedad y una Etiqueta Energética G gasta de media en torno a los 2.500 euros anuales. Mientras que la misma vivienda con categoría E reduce su gasto hasta los 1.500 euros al año. Y con Etiqueta A, hasta los 200 euros.

Mejorar la habitabilidad de la vivienda también aumenta su valor, ya que atraerá fácilmente a posibles compradores. En este punto, los especialistas estiman que los inmuebles con una Etiqueta Energética A, B o C se pueden vender a un 20% más del precio que marca el mercado. Una inversión que merece mucho la pena si quieres sacarle el máximo beneficio a tu propiedad.