Todas las personas pueden tener limitaciones de movilidad en algún momento. En ocasiones por enfermedad o el paso de los años. Y en otras por accidentes que nos obligan a llevar muletas. Por esta razón, las ciudades y edificios deben estar adaptados para permitir el libre paso de todo el mundo.
Esta autonomía permite a los ciudadanos con movilidad reducida gozar de los mismos derechos y oportunidades que el resto. Facilitando su día a día y también el acceso al entorno laboral. En la entrada de hoy vamos a hablar de este concepto de accesibilidad y cómo se aplica en los edificios modernos.
Accesibilidad universal
La accesibilidad universal está formada por una serie de actuaciones enfocadas al libre movimiento por la ciudad. Todas las personas con algún tipo de limitación o discapacidad han de acceder a las viviendas y edificios sin problemas. Y circular por sus calles con total tranquilidad.
Esto implica la ausencia de barreras físicas en todos los espacios, incluidas las salidas de emergencia. Y también una señalización adecuada, con avisos sonoros para personas ciegas o que tienen una capacidad de visión reducida.
Por desgracia, todavía queda un largo camino por recorrer en nuestro país en materia de accesibilidad universal. Según datos proporcionados por la Fundación Mutua de Propietarios, solo un 0,6% de los casi 10 millones de edificios están adaptados a estos criterios.
¿Cómo mejorar la accesibilidad de un edificio?
La entrada y salida del edificio debe tener una rampa o plataforma especialmente diseñada para el paso de sillas de ruedas. En general, hay que evitar cualquier situación en la que solo nos encontremos escalones.
El portero automático también ha de ser fácilmente accesible, por lo que hay que evitar instalarlo a demasiada altura. Los video porteros son la mejor opción, ya que incluyen mensajes de voz que son esenciales para los vecinos con problemas oculares. Y también permiten interactuar con signos en caso de personas mudas.
Las puertas tienen que ser ligeras, abrirse fácilmente y ser lo bastante anchas para todos los modelos de sillas de ruedas del mercado. El ascensor debe estar al nivel del suelo o contar con una rampa. Y el mismo principio se aplica al garaje del edificio y otras zonas comunes.
¿Existen ayudas para las reformas de accesibilidad?
La ley 15/1995 determina que las personas con discapacidad tienen derecho a la eliminación de todas las barreras arquitectónicas. Por lo tanto, los vecinos mayores de 70 años y aquellos que tengan movilidad reducida pueden solicitar las reformas necesarias para adaptar sus viviendas y edificios. La Comunidad está obligada a sufragar los costes siempre que el gasto no sea superior a 12 cuotas.
En caso de superarse, existen subvenciones públicas que nos ayudarán a pagar parte de la obra o su totalidad. La cuantía depende de la naturaleza de las reformas y la comunidad autónoma donde te encuentres. Por norma general, estos fondos están destinados a garantizar la seguridad estructural del edificio, mejorar las condiciones de habitabilidad y eficiencia energética. Y, por supuesto, el libre acceso a los vecinos con movilidad reducida por edad, accidente o enfermedad.