En los últimos tiempos, debido a la inestabilidad económica y la dificultad para conseguir financiación, está surgiendo un nuevo sistema de operación inmobiliaria. Nos estamos refiriendo al alquiler con opción de compra, un modelo que es muy atractivo tanto para el inquilino como el propietario. En la entrada de hoy vamos a hablar de las características de este contrato mixto y todas las ventajas que conlleva.
¿Inversión o gasto?
En nuestro país, tradicionalmente hemos considerado que pagar un alquiler es tirar el dinero. Por esta razón, somos eminentemente propietarios en un porcentaje muy superior a otras naciones de Europa. Pero esta mentalidad está cambiando poco a poco con la nueva realidad económica, ya que muchos usuarios carecen de ahorros o un trabajo fijo para comprar una vivienda.
Como consecuencia, el alquiler está experimentando un auge considerable en los últimos años. Y también esta nueva modalidad de contrato con opción a compra, ya que elimina la sensación de que nuestra cuotas de alquiler van a parar a un saco roto. Además, es el propio vendedor el que financia la compra durante los años que estemos de arrendamiento.
Y a la hora de acometer la operación, nos ahorraremos una importante cantidad de dinero. Ya que el importe del alquiler se descuenta parcial o totalmente al precio total de la vivienda. Si tienes intención de ser propietario en el futuro pero actualmente solo puedes pagar un alquiler, se trata de una alternativa muy a tener en cuenta.
Características del contrato
Estamos ante un contrato mixto que incluye el contrato de alquiler y una serie de cláusulas adicionales donde se fijan las condiciones de compra. Por norma general, la duración es de 3 a 5 años, aunque las partes son libres de llegar a otro tipo de acuerdo. Además, hay que dejar por escrito el precio del inmueble cuando se ejecute la opción de compra. Así como el coste de las mensualidades del alquiler y el porcentaje que irá destinado a pagar la casa, que suele estar situado en un 70% o el 100%.
También es habitual establecer primas de opción de compra, que se vinculan a ambas partes para garantizar que la relación contractual llegue a buen término. Si el propietario finalmente no decide vender la vivienda, tendrá que indemnizar al inquilino con una cantidad equivalente al doble de las primas. Por el contrario, si el arrendatario se echa atrás, perderá todas las primas que haya entregado al arrendador.
Si ambas partes están de acuerdo, el inquilino puede decidir ejercer la opción de compra antes de que finalice su contrato de alquiler. No suele haber ningún tipo de problema, ya que el casero cumplirá su objetivo de vender el inmueble y el arrendatario por fin conseguirá su sueño de tener una casa en propiedad.
Régimen fiscal
La opción de compra de una vivienda de segunda mano está regulada por el Impuesto de Transmisiones Patrimoniales Onerosas. Además, los inmuebles de obra nueva tienen que pagar el IVA. Recuerda que esta modalidad de contrato está contemplada en la Declaración de la Renta, por lo que podrás desgravar los pagos de tus mensualidades de alquiler.